jueves, 6 de septiembre de 2012

¿Votar a los 16?



El debate se ha instalado en la sociedad. ¿Es conveniente o no el voto a los 16? Los que están en contra argumentarán que todavía no tienen las competencias necesarias para votar, que carecen de conocimientos y que no merecen tener tal responsabilidad. Incluso alegarán que es discutible que se les dé solo el derecho electoral, cuando todavía están privados de casarse (sin emancipación o concentimiento previo) o hasta incluso de obtener una licencia de conducir.
Quienes estan a favor argumentan que es la oportunidad para que los jóvenes, relegados en el aspecto electoral, logren obtener una mayor participación política para la defensa de sus derechos. Además, agregarán que los adolescentes están muy comprometidos con los temas políticos, incluso más que muchos adultos. Llegarán a decir que tienen conocimientos más que amplios para arribar a una conclusión acertada para decidir su futuro.
En definitiva, nos encontramos en una dualidad tan filosa como interesante. Entonces, ¿Deben o no deben votar? 
Antes de responder a tan controversial interrogante debemos poner en claro algunos aspectos. Debemos recordar que el 99.9% de las medidas que se toman, se realizan ante el incentivo de un interés, ya sea obtener mayor apoyo electoral y/o algún beneficio económico o social. No me malinterprete, se han logrado grandes y ventajosas cosas a través del juego de intereses (creacion de nuevas escuelas, nuevas obras viales o arquitectónicas, nuevos servicios, etc.) De esta manera, la pregunta se transformaría en la siguiente ¿Qué intereses se ocultan atrás de tan polémica iniciativa? La respuesta se las dejo a ustedes.
Sin embargo, no me quedaré exponiendo solamente los interrogantes, sino que facilitaré algunos datos que servirán para la reflexión. Actualmente, la edad para ejercer el sufragio es de 18 años. Una edad que puede parecer (y posiblemente lo sea) establecida arbitrariamente. ¿Por qué 18 años?  Porque es la edad en donde se termina la educación secundaria (se termina la escuela). Lo que significa que el joven ya ha adquirido los conocimientos necesarios según la planificación de estudio. No obstante, muchas personas no terminan de cursar sus años de educación básicos, pero tienen igualdad de derecho electoral (lo cual está perfecto).
El punto a analizar es que,  por el hecho de ser obligatoria, la generalidad para decir que una persona terminó de formarse es a los 18 años de edad aproximadamente. El tema es ¿Por qué no a los 16, siendo que ya estan terminando la escuela? 
Mi respuesta la baso en la siguiente analogía:
Ustedes saben que cuando te mudás de la casa de tus padres y vivís por tu cuenta  (o simplemente cuando vivis con ellos, pero tu relacion es más independiente) comenzás a conocer un mundo nuevo de relaciones (y personas), de esta forma te das cuenta que tu familia estaba un poco "jodida". Cosas que por toda nuestra niñez asumíamos que eran completamente normales, parecen muy extrañas para el mundo y probablemente hayan  "jodido" un poco tu visión del mundo. Ya saben, cosas como pensar que es divertido usar un sobrero de papá noel en navidad, andar gritando canciones por toda la casa, hablar con la boca llena o ver a nuestro padre caminando en ropa interior por todos lados.
El punto es que no nos damos cuenta de las cosas que están cerca de nosotros hasta que no estamos algún tiempo lejos de ellas. Al igual de lo que sucede con las extrañas particularidades y matices de nuestras familias, se produce cuando terminamos la escuela.
Cuando terminamos la escuela, nos damos cuenta que un montón de supuestos que manejabamos como inamovibles resultan ser bastante vanos. Nos damos cuenta que conceptos que aprendimos son relativos, que no hay una sola solucion para todo y que el mundo funciona de una manera mucho más compleja. 
En cierta forma, la escuela estandarizó nuestro pensamiento a la vez que fuimos cooptados con cierta variedad de ideas sobre el mundo en el que vivimos. Cuando terminamos la educación obligatoria, comenzamos a experimentar el mundo a saborearlo de una manera diferente, de una manera propia.
Ese es el motivo por el cual no creo conveniente permitir el derecho electroral a los 16 años. A los 16 años todavía no desarrollamos nuestros propios pensamientos, o al menos no tenemos la posibilidad de desarrollarlos al máximo, tan solo somos víctimas del rígido ideario escolar que ha sido establecido para nosotros.

El Duende Verde

viernes, 13 de enero de 2012

El actor ambulante


Hoy me voy a dedicar a hablar de una serie de eventos desafortunados que sufrí ayer. En realidad mi vida se basa en una cadena de malas rachas, pero no es momento de hablar de eso.
Ayer, como todos los días fui a la facultad (que sea verde y sicario no quiere decir que no estudie). Lo singular de ese día es que me dirigí como de costumbre a la parada de colectivos para llegar a casa a tiempo.
En ese momento vi una chorrada de gente en la parada, había un grupo de 20 fastidiosos mortales esperando Mí colectivo. Para colmo, tropezé en el cordón por lo que todos se rieron de mí…
Una vez que ya había conseguido un lugar en el bondi, tuve una sensación de irritación. Sí una de esas putas sensaciones. Poco después descubrí a qué se debía: un hombre se subía a mí colectivo, un hombre conocido…
Sin pagar el boleto, comenzó a hablar… inmediatamente reconocí sus intenciones. Ese hombre pedía dinero para la leche de su supuesta hija prematura. En ese preciado intante pensé irónicamente: “Qué hombre desafortunado, su hija nació prematura dos veces”. Leyeron bien, dos veces.
No soy un experto en medicina pero que una niña prematura siga necesitando esa misma leche especial luego de 7 meses es algo sospechoso ¿no?
Es el mismo hombre que ha estado frecuentando el colectivo desde que empecé a cursar. Y no tiene ánimo de cambiar. Él sigue con su cara de hombre golpeado, con su sonrisa trágica con su indisposición a hacer otra labor. Todo porque una vez (quien sabe si la primera vez fue cierto) tuvo una hija prematura... pero pronto tal vez se convertirá en una nieta prematura.
Pero así son ellos, los actores ambulantes… se han metido tanto en su papel de marginados que hasta ellos mismos se creen sus propias mentiras. La gente se arrodilla ante la lástima y colabora con ellos…
Y así estamos, nos gusta el circo porque si no hay circo, no vende. Si uno pide las cosas de manera sincera, no gana. Hoy, estoy harto de aquellos actores ambulantes que se han convertido en eternos “carenciados”, harto de la manipulación de cada día… y encima se me mira mal cuando no colaboro. ¡Qué mundo, qué mundo!

El Duende Verde

jueves, 20 de octubre de 2011

Introducción del Duende Verde

(cuando veo esta imagen por las sendas peatonales, dejo de sentirme solo)


                 Hola soy el duende verde, si el mismísimo duende verde. Bueno, en realidad no soy un duende. Soy verde pero según supongo, soy humano. Tampoco tengo esa porquería que vuela, ni siquiera tengo un skate. Antes tenía una bicicleta pero me la robaron el mes pasado, una triste historia.
               Así que en estos días me manejo en bondi, todo un problema ya que tengo que ir a buscar la tarjeta nueva y todos se ríen al ver mi foto de documento. Es fácil pedir la tarjeta si no parecen una lechuga con camisa en la foto. Por eso y por la posibilidad de hacer que me los buscara algún amigo, prefería el cospel.
               Yo en estos momentos estoy estudiando, y de vez en cuando hago algún que otro asesinato por encargo para poder llegar a fin de mes. Aunque no lo crea, yo también ando corto de presupuesto y no tengo ningún subsidio, pues a nadie le importa la gente verde.
               No  me imagine como un Asesino de esos de las películas, no se cobra tanto ni tampoco se es tan cruel. Jamás maté a alguien que no representara una escoria para la sociedad (o suciedad como le digo yo). 
               Tengo la costumbre de hablar con ms víctimas para ver si valen la pena. Lamentablemente con el tipo de víctimas que tengo, nadie se arrepentiría de matarlos al escucharlos hablar: los desgraciados te ofrecen su madre, su esposa sus hijos, lo que sea para zafar. Eso sí es ser verdadero bastardo. En fin, les voy a contar un par de historias de un laburante como yo.
               La vida de un hombre verde no es fácil, no te reciben en ningún trabajo, se burlan de esta condición y gritan: “Mirá una lechuga con forma humana!” “Nooo! Mirá un brócoli que habla” y tantas otras que me dolería contar. Ni el mismo Martin Luther King hubiese podido cargar con el peso de ser verde…
               A partir de la próxima entrada les voy a contar que hay cosas peores que un asesino verde, les voy a mostrar las verdaderas lacras de este mundo…

Duende Verde

miércoles, 19 de octubre de 2011

La otra cara de la moneda

"Separe el alma de mi cuerpo, el corazon de mi cabeza dos verdades diferentes que esconde una misma pieza."  
Porta

Este es mi segundo blog, como seguramente no sabrán Vortice es mi otro blog. Con metas e ideas completamente distintas, este blog intenta ir por el lado oscuro de mi ser, este blog saca a mi Mr. Hyde de adentro, aquel que prefiere callar, ese que siempre está pero no participa, no opina. 
No se confunda, yo soy Jekyll y soy Hyde, todos tenemos dos caras y solo mostramos una... o como yo, ninguna. Ahora les brindo la oportunidad (más bien le doy la oportunidad a Hyde) de escuchar las ideas más controversiales de mi ser (no se preocupe, no lo son tanto)
Sin más preámbulos, adelanto mi próxima entrada "El actor ambulante"
Saludos

El duende verde